Vivo en un 4° piso de un edificio de 20, en pleno centro de Santiago, era la medianoche cuando siento un golpe muy fuerte en la calle, salgo a mirar a la terraza y una mujer joven yace en la vereda, un taxista se detuvo y unos jóvenes me gritaban: se tiró de arriba, llamé a carabineros mientras bajaba, no pude contenerme, me acerqué y me doy cuenta que hacía un par de horas antes habíamos estado en el gimnasio en clases de baile, era la Vale, se lanzó del piso 11 una joven madre de una nena de dos años, le tomé el pulso aun estaba tibia, llegaron los carabineros, a los minutos su padre, que la sacudió intentando revivirla, la ambulancia (Samu) no llegaba y no llegó hasta después de 20 minutos,si hubieran llegado antes... ya nada se podía hacer, intentaron revivirla pero no fue posible, su muerte fue instantánea… la impotencia revolvió mi estómago, la tristeza y la negación se hicieron parte de mis pensamientos en ese instante y la rabia al cuestionar el maldito sistema de salud pública, 35 ambulancias para la región metropolitana y tan solo 12 de ellas están en funcionamiento, porque desde el 14 de Junio están en huelga por mejoras en el sistema salarial, si, ellos alegan por lo que merecen, pero miles de veces cuestionamos el sistema de salud y todos los gobiernos hasta la fecha, traen proyectos y legislaciones para dar solución a estas falencias y tantas otras, mientras tanto muere gente sin atención de urgencia y para colmo pasan mas de 3 horas para que llegue el fiscal para levantar el cuerpo, maldito poder judicial también, mientras tanto, sigamos gozando con el mundial de fútbol y mirando por los medios televisivos al presidente Piñera compartiendo el primer partido con los sobrevivientes del terremoto, en una mediagua y la Bachelet en Sudáfrica dando aliento a los jugadores, ahora es la cábala de la selección, esta podría haber dado solución aunque fuera un poquito a estos sistemas inoperantes, retrógrados, recalcitrantes y podridos.
Es tan indignante tratar a la familia de un fallecido en la calle, por las razones que hayan sido, que esté en el suelo tapado con una lona naranja reflectante y que el fiscal no llegue, seguro debe vivir a los pies de la cordillera o debe estar calentito en su cama, porque como siempre estos empleados no viven en la jurisdicción de su trabajo, no miden el dolor y sufrimiento de la familia, que por último puedan llevarla a un lugar mas resguardado, no a vista y paciencia de la gente mirona que cuchichea en los rincones.
Nadie presagió los pensamientos que pasaron por la mente de la Vale en ese momento, yo tan sólo me quedaré con su sonrisa amplia, las gotas de sudor bajar de su frente, la cara roja como tomate al hacer las abdominales y flexiones en el piso, su simpatía y gracia en la coreografías… te extrañaré vecina…
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