Fue construida a partir de 1871, posee aproximadamente 30 metros de altura, concebida para albergar un millar de fieles devotos, su diseño es neogótico con semblanzas románicas y germánicas, vitrales de origen belga, siniestras gárgolas que ornamentan su entrada, le dan un estilo glorioso y colosal.
En 1977 fue declarada Monumento Histórico y se instaló una placa con los detalles de su historia por el lado de Agustinas, a la fecha ésta desapareció, pero si hay un gran cartel agradeciendo a los transeuntes transitar por la vereda de en frente.
El 3 de marzo de 1985 Santiago fue sacudido por un terremoto, la imponente construcción recibió fracturas en todas sus caras, convirtiéndola en rompecabezas, trozos de techo cayeron en su interior, la enorme pared oeste dejó al descubierto su pared de ladrillos al desnudo, su ornamentación y vitrales despedazados.
El 3 de marzo de 1985 Santiago fue sacudido por un terremoto, la imponente construcción recibió fracturas en todas sus caras, convirtiéndola en rompecabezas, trozos de techo cayeron en su interior, la enorme pared oeste dejó al descubierto su pared de ladrillos al desnudo, su ornamentación y vitrales despedazados.
En la actualidad barras metálicas y madera tan gruesas como rieles soportan su estructura, enrejaron todo el encuadre de la Basílica, solo esas vigas sostienen su peso, ya no se puede circular por su vereda de Barroso por temor a un derrumbe, las autoridades poco y nada han hecho, no he sabido de un comité de restauración ni fondos de rescate patrimonial de nuestro país como del extranjero y menos un aporte de la Iglesia Católica o del Vaticano, han pasado 25 años y pareciera que esto no existiera..
De día está absolutamente desierta y cerrada, de noche cobra vida y es por los mendigos que pasan la noche, cartoneros que llevan sus colchones y pernoctan hasta el amanecer, acurrucados en la vereda de Almirante Barroso, apiñados y enrejados, pues hicieron una abertura por donde introducen sus enseres, son desalojados a primera hora de la mañana, es el diario vivir de estas personas, de esta Basílica, que tan sólo esperan el día final, cuándo sabe Dios…