Me es muy difícil actualizar este blog, escribir de lo sucedido, esto ha sido una tragedia horrorosa, las regiones afectadas, sus comunas, localidades de las cuales la mayoría están asentadas en la costa, otras que dependen de la agricultura, mi región mi pueblo, que de un terremoto y tsunami, pasó después al saqueo, al aislamiento, al olvido, ya antes nos decían que eramos un pueblo fantasma que sólo se salvaba en el verano por los turistas, ahora somos un pueblo de mierda, hasta la autoridad máxima el Alcalde Guillermo Caceres arrancó, no a pedir ayuda a Concepción sino, que ha salvar su pellejo, pues su edificio está a metros del mar.
Los pueblos que fueron afectados son pobres, la mayoría son caletas pesqueras o comunas rurales que se dedican a la agricultura, viven de lo que sacan del mar, peros sus casas se las llevó el océano, viven de la tierra pero esta se agrietó y terminó sus plantaciones.
Me siento miserable, egoísta por estar gozando de comodidades en este momento, pues mi edificio de veinte pisos no sufrió ningún daño, tenemos todos los suministros básicos, supermercados en donde comprar, locomoción, centros de salud, en cambió en mi pueblo no tiene nada, los supermercados fueron saqueados, el pillaje y la violencia arremete por las calles, el gobierno no dió la orden a las fuerzas armadas para salir a las calles por política era como recordar hace veinte años que los militares tenían el control del país y nuestras vidas, por lo tanto la democracia lograda en este tiempo se vería trastocada y violada, fue sólo un asunto de poder.
Mi pueblo tiene riesgo sanitario, están sin agua y sin alimentos pues la ayuda aun no llega, los militares están en las calles con un toque de queda de seis de la tarde hasta el mediodía.
Ya no queda belleza en mi pueblo ni en los rostros de las personas, sólo queda esa fuerza interior, de seguir luchando, de seguir en pie, de doblar la mano, de seguir unidos, y darle vida nuevamente a PENCO.
Me siento miserable, egoísta por estar gozando de comodidades en este momento, pues mi edificio de veinte pisos no sufrió ningún daño, tenemos todos los suministros básicos, supermercados en donde comprar, locomoción, centros de salud, en cambió en mi pueblo no tiene nada, los supermercados fueron saqueados, el pillaje y la violencia arremete por las calles, el gobierno no dió la orden a las fuerzas armadas para salir a las calles por política era como recordar hace veinte años que los militares tenían el control del país y nuestras vidas, por lo tanto la democracia lograda en este tiempo se vería trastocada y violada, fue sólo un asunto de poder.
Mi pueblo tiene riesgo sanitario, están sin agua y sin alimentos pues la ayuda aun no llega, los militares están en las calles con un toque de queda de seis de la tarde hasta el mediodía.
Ya no queda belleza en mi pueblo ni en los rostros de las personas, sólo queda esa fuerza interior, de seguir luchando, de seguir en pie, de doblar la mano, de seguir unidos, y darle vida nuevamente a PENCO.