El verte sobre esa cama , tu piel blanca cálida que desfallece, tu destino fatigado, sin vellos en tu cuerpo lozano, ni siquiera pestañas, es como si fueras un bebé en el útero materno, tus manos deformadas desprovistas de uñas, sangran tus ojos, la sombra en tus pupilas impregnan nuestros corazones, te pierdes en la malsana inquietud de tus quejidos, vienes y vas, entre suspiros y respiros entrecortados, te disparas recorriendo lo que has hecho de tu vida, acaso no cuenta que jamás volteaste tu mirada para negarte a servir, que no cerraste tus manos para brindarlas al que no tenía nada, fue tu andar desprovisto de egoísmos y codicia, fue tu andar un recordatorio que la vida está aquí y no arriba, reconoce los aromas, los colores, vuelve con nosotros amado, condena este mal momento y envíalo lejos de aquí.
Tu vida a sido un regalo para todos los que te queremos, el niño bien, el divertido, el intelectual, el gozador de fiestas y carretes eternos, como olvidar las correrías con las chicas en la adolescencia, esas que se morían por robarte un beso, como olvidar el guitarreo en las fogatas cuando salíamos de campamento, los colchones en la furgoneta testigo de tus noches de amor y desvelos, Lala querido recibe nuestro amor profundo, no te cierres a la vida, digiere la culpa, digiere el dolor, ganciclovir bendito brinda tu último gesto, penetra en su sangre y deja que el pagano demonio que recorre su cuerpo lo abandone para siempre…
