No era como los típicos mimos que se encuentran en las esquinas de Santiago, no. Éste tenía algo especial. Sus hermosos ojos verdes me conmovían cada vez que el semáforo daba rojo. La semana pasada le pasé un billete de luca con mi número.
Anteayer el teléfono sonó toda la tarde, pero cuando lo tomaba, nadie respondía del otro lado.
Javiera Suazo, Santiago en 100 palabras.
3 comentarios:
Plop!!! eso dirías tu jajajaja pobre de ti rídicula!!! te llevas al Aki? te quiero mi ninita!
Pa mi que el Mimo te habla todas las noches y las mañanas al oído!!Epa promesa de seguir publicando aunque ya no estés en Chile, se te quiere amiguis...
Mala mala mala no dejaste q te hicieramos la despedida serán muchos meses te voy a extrañar ex- paciente, estaré al pendiente de tus 20 ahijados, no dejes de publicar en face y aquí en tu blog, te quiero a rabiar!
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